lunes, 25 de diciembre de 2017

¡Feliz y ecológica Navidad a todos!


En estas fiestas la mayoría de las mesas se llenan con abundantes manjares, pescados, mariscos, carnes y dulces pero, por desgracia, esta navidad más que las anteriores la industria de la biotecnología nos habrá colado muchos alimentos transgénicos, especialmente desde la ratificación por parte del senado español el 27 de octubre de este año del tratado CETA.
El CETA (Comprehensive Economic Trade Agreement) es el mayor acuerdo comercial jamás suscrito entre la Unión Europea y Canadá. Su negociación ha durado 10 años y contiene 1598 páginas, pero mientras que aquí a todo el mundo le preocupaba la política secesionista catalana, los políticos aprobaron el CETA y este tratado ha abierto las puertas a la entrada en Europa sin control de los alimentos transgénicos canadienses, antes prohibidos por la legislación europea mucho más restrictiva: colza, maíz, remolacha azucarera, salmón clonado, carnes lavadas con cloro y colorantes prohibidos en algunos países miembros como la tartrazina (E-102).


Tampoco ha sido un buen año para nuestros cultivos, la Unión Europea decidió prorrogar el 28 de noviembre la licencia para el uso del GLIFOSATO, un herbicida incluido por la Organización Mundial de la Salud en su lista de posibles carcinógenos y que la UE autoriza durante cinco años más, hasta 2022, presionada por la multinacional que lo fabrica, Monsanto, y que lo comercializa con el nombre de Roundup. De nada ha servido el millón de firmas que se recogieron para que se prohibiera su uso y que estaba previsto para diciembre de 2017.
Ante este panorama sería bueno que todos intentáramos poner en nuestras mesas alimentos de calidad y no sólo alimentos en cantidad estas fiestas, alimentos ecológicos sanos y saludables para todos.

Para saber más:
·documental sobre los transgénicos y el Roundup: "El futuro de la comida"