El flúor está presente en las pastas de dientes y la cantidad que hay que poner en el cepillo es bastante más pequeña que la que aconseja la publicidad, con una dosis del tamaño de un guisante sobre el cepillo es suficiente. Pero si se lleva demasiados años consumiendo flúor y queremos desintoxicarnos, se puede hacer pasta de dientes casera (hay muchas recetas en internet) o simplemente limpiarnos los dientes con un poco de bicarbonato húmedo sobre el cepillo, que además de limpiar la boca, acaba con el sarro.
El flúor es uno de los componentes del té, cuanto más barato sea éste peor es la calidad y mayor la cantidad de flúor. Por este motivo, beber té, no es una buena práctica si la tiroides está alterada.
Otras fuentes de flúor son los PFC compuestos presentes en los tejidos impermeables y en las sartenes de teflón.
Para conocer más sobre los efectos del flúor, la noche temática emitió un interesante documental que alerta sobre los peligros de un exceso en su consumo:
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