Un diente de ajo crudo
Es urgente darle al ajo crudo el papel que merece en esta crisis sanitaria que atravesamos, es quizás el más potente antiviral natural que tenemos a mano. Por desgracia, mucha gente prefiere no comer ajos porque dan mal aliento pero, ahora, es precisamente algo que puede dar aliento a los que corren el riesgo de quedarse sin él.
La buena noticia es que hay una manera de tomar ajo sin que el aliento sea desagradable, CONSISTE EN TROCEAR UN DIENTE DE AJO EN TROZOS PEQUEÑOS Y TRAGARLOS COMO SI FUERA UNA PASTILLA CON UN VASO DE AGUA, el olor no se queda en la boca porque no se ha masticado, ni hace mal al estómago tampoco. Es sencillamente una píldora que nos regala la naturaleza para combatir los virus y las bacterias y que deberíamos tomar una vez al día por lo menos.
Precisamente hoy me han contado la historia de que en Jaén el pueblo donde más ajos se producen, Jamilena, se salvo milagrosamente de una epidemia que no hizo estragos en su población mientras que mucha gente falleció en los municipios vecinos y me parece que no tuvo nada de milagroso ya que sus habitantes contaban con esta excelente protección ante las infecciones que representa el ajo.
Precisamente hoy me han contado la historia de que en Jaén el pueblo donde más ajos se producen, Jamilena, se salvo milagrosamente de una epidemia que no hizo estragos en su población mientras que mucha gente falleció en los municipios vecinos y me parece que no tuvo nada de milagroso ya que sus habitantes contaban con esta excelente protección ante las infecciones que representa el ajo.
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